DUENDES
Hay duendes. Seguro. De otra manera no comprendo muy bien toda esta maraña en la que estamos inmersos y a la que llamamos "red". Este estallido de información sobre nuestro escritorio en un minuto. Pero esos duendes, ¿son acaso los mismos que en un momento determinado eclipsan el sistema, la mente y los ánimos?. Todos hemos tenido alguno de esos momentos que, frente al monitor, y si hubiésemos tenido a mano un martillo, la pantallita hubiera quedado reducida a unos cuantos trocitos. No hace mucho, he visto en televisión cómo un grupo de jóvenes destrozaba a martillazos un monitor de ordenador. Pensé en las veces que yo hubiese querido hacerlo.
Afortunadamente son más los momentos en que este impresionante invento nos regala una sonrisa, y en el abismo informativo encontramos mil formas de hacernos la existencia más llevadera, amena e interesante. También más cómoda. No dejo de sorprenderme de la cantidad de cosas que puedo hacer con mis deditos, sentado en mi escritorio, frente al PC. Me maravillan incluso ésos duendes que te cambian las teclas de sitio y escribes unas letras por otras, pero siempre te das cuenta demasiado tarde, cuando ya no hay remedio. No estoy hablando de virus, no, éstos son duendes, unas veces buenos y otras no tanto. Los virus son otra cosa. Pero me temo que mis aventuras con ellos merecen un capítulo aparte.
2 comentarios
Javier Torres -
ana a. -