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Néstor Mas

UN VASO CADA DÍA

Si como a mí, os ocurre un día que, conduciendo, después de un frenazo apresurado en un semáforo que se acaba de cerrar, casi os tragáis al autobús urbano que os precede -y que ha sido el culpable de que no vieseis el semáforo-, os quedáis pegaditos al cartelón publicitario que cubre toda su trasera y leéis en él: “cada día un vaso”. No desgastéis vuestro cerebro en averiguar si se trata de una nueva bebida energética, una leche con esencia de espárragos o la cantidad mínima diaria recomendada de “nanoesferas” a tomar. No, nada que ver con esto, si bien, no menos descabellado: un diario de tirada nacional regala una vajilla. Completa. Cada día te dan un vaso.

Sí, sí, lo vi perfectamente cuando el autobús reanudó su marcha y pude observar, más alejado, el cartelón en toda su extensión.

¿Se puede llegar más lejos?

                                   * * *

P.D.: Aunque no estaría mal que alguien me confirmase que no lo he soñado.

2 comentarios

Javier -

Lo peor de todo es, que es el maldito "merchandising" atufa todavía más que la popa del bus.

ana a. -

¡Lo que tiene que hacer la prensa para sobrevivir! Los periódicos gratuitos se cargan a los periódicos de toda la vida. Estos regalan vasos y libros no siempre bien editados. Como rebote, las editoriales se van también al traste. Y la cultura con ellas. Y con la prensa. Siempre nos quedará... el trasero de los autobuses... para mirarlo y para que nos den por el nuestro. Me refiero al del coche. Por supuesto.